Biografía:
Umberto Eco nació en la ciudad de
Alessandria, en el norte de Italia, Su padre, Giulio, fue contable antes de la
Segunda Guerra Mundial, cuando fue llamado a servicio en las fuerzas armadas.
En ese momento, Umberto y su madre se mudaron a un pequeño poblado piamontés.
Eco recibió educación salesiana. Se doctoró en Filosofía y Letras en la
Universidad de Turín en 1954 con un trabajo que publicó dos años más tarde con
el título de El problema estético en Santo Tomás de Aquino (1956).
Trabajó como profesor en las
universidades de Turín y Florencia antes de ejercer durante dos años en la de
Milán. Después se convirtió en profesor de Comunicación visual en Florencia en
1966. Fue en esos años cuando publicó sus importantes estudios de semiótica,
Obra abierta 1962 y La estructura ausente 1968, de sesgo ecléctico. Desde 1971
ocupa la cátedra de Semiótica en la Universidad de Bolonia. En febrero de 2001
creó en esta ciudad la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, iniciativa
académica solo para licenciados de alto nivel destinada a difundir la cultura
universal.
También cofundó en 1969 la
Asociación Internacional de Semiótica, de la que es secretario. Distinguido
crítico literario, semiólogo y comunicólogo, Umberto Eco empezó a publicar sus
obras narrativas en edad madura (aunque en conferencias recientes cuenta de sus
experimentos juveniles, los que incluyen la edición artesanal de un cómic en la
adolescencia). En 1980 se consagró como narrador con El nombre de la rosa,
novela histórica culturalista susceptible de múltiples lecturas (como novela
filosófica, novela histórica o novela policíaca, y también desde el punto de
vista semiológico). Se articula en torno a una fábula detectivesca ambientada
en un monasterio de la Edad Media el año 1327; sonoro éxito editorial, fue
traducida a muchos idiomas y llevada al cine en 1986 por el director francés
JeanJacques Annaud.
Escribió además otras novelas
como El péndulo de Foucault (1988), fábula sobre una conspiración secreta de
sabios en torno a temas esotéricos, La isla del día de antes (1994), parábola
kafkiana sobre la incertidumbre y la necesidad de respuestas, Baudolino (2000),
una novela picaresca - también ambientada en la Edad Media- que constituye otro
rotundo éxito y sus últimas obras, La Misteriosa Llama de la Reina Loana (2004)
y El cementerio de Praga (2010). Ha cultivado también otros géneros como el
ensayo, donde destaca notablemente con títulos como Obra abierta (1962), Diario
mínimo (1963), Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas (1965), La estructura
ausente (1968), Il costume di casa (1973), La forma y el contenido (1971), El
signo (1973), Tratado de semiótica general (1975), El super-hombre de masas
(1976), Desde la periferia al imperio (1977), Lector in fabula (1979),
Semiótica y filosofía del lenguaje (1984), Los límites de la interpretación
(1990), Seis paseos por los bosques narrativos (1990), La búsqueda de la lengua
perfecta (1994), Kant y el ornitorrinco (1997) y Cinco escritos morales (1998). (Esta biografía fue tomada de http://www.juntadeandalucia.es/cultura/opencms/export/download/bibhuelva/El-cementerio-de-Praga-Eco.pdf)
Introducción:
El autor presenta los conceptos
de apocalíptico e integrado y determina necesario hacer una validación
metodológica preliminar sobre lo cultural. Expresa y justifica el quehacer de
la validación metodológica debido a la concepción genérica y ambigua de
términos fundamentales a la hora de abordar estos temas, como ejemplo explica
el término cultura de masas.
Para definir cultura de masas
empieza con algunas nociones de cultura, indicando que nace en la aristocracia
como asentamiento frente a lo vulgar. Por otro lado define a la cultura de
masas como una anticultura que nace cuando la presencia de las masas es lo
fundamental en un momento histórico como signo de una caída irrecuperable, bajo
la misma línea argumental se entiende entonces que el hombre de cultura
pertenece a la cultura de masas y justifica su devenir con el apocalipsis.
Va entrar a definir a los
integrados como los medios que ponen a disposición la cultura para todos,
dándole una característica más optimista contraria a los apocalípticos de una
visión más derrotista. De igual forma presenta la concepción de lo que denomina
superhombre como la materialización del ideal apocalíptico, es pasivo y
políticamente correcto. El autor lo ejemplifica al superhombre con Superman,
quien vive en una sociedad como la nuestra por ende el superhombre también
somos nosotros.
Todo mediado por la comunicación masiva, el
periódico, la radio, la televisión que a su vez según como emitan la
información son integrados. Continuara con la definición de conceptos fetiche
iniciando con industria cultural indicando como los inicios de la industria
cultural pueden rastrearse al desarrollo de la imprenta por Gutenberg.
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