EL PODER EN LA SOCIEDAD RED
El
poder es el proceso fundamental de la sociedad, puesto que ésta se define en
torno a valores e instituciones, y lo que se valora e institucionaliza está
definido por relaciones de poder. El poder es la capacidad relacional
que permite a un actor social influir de forma asimétrica en las decisiones de
otros actores sociales de modo que se favorezcan la voluntad, los intereses y
los valores del actor que tiene poder. El poder se ejerce de dos maneras:
Mediante la coacción –o la posibilidad de ejercerla- o mediante la construcción
de significado partiendo de los discursos. Capacidad relacional significa que
el poder no es un atributo sino una relación. Asímetrica porque siempre hay
mayor grado de influencia de un actor sobre el otro. Cuanto mayor es el papel de la construcción
de significado en nombre de intereses y valores específicos a la hora de
afirmar el poder de una relación, menos necesidad hay de recurrir a la
violencia (legítima o no). No obstante, la institucionalización del recurso a
la violencia en el estado y sus derivados establece el contexto de dominación
en el que la producción cultural de significado puede desplegar su eficacia.
El
Estado estabiliza el ejercicio de su dominación mediante un proceso de
legitimación, lo cual puede hacerse por diferentes procedimientos. La
legitimación dependen en gran medida del consentimiento obtenido mediante la
construcción de significados. El acceso constitucional a la capacidad de
coacción y el acceso a los recursos comunicativos que permiten coproducir
significado se complementan a la hora de establecer relaciones de poder. Por
tanto, en el proceso de reproducción y reproducción de las relaciones de poder
concurren la violencia, o la amenaza de recurrir a ella, los discursos
disciplinarios, la amenaza de implantar la disciplina, la institucionalización
de poder como dominación reproducible y el proceso de legitimación por el que
los valores y las reglas se aceptan por parte de los sujetos de referencia.
Adquirir
poder para actuar en los procesos sociales significa necesariamente intervenir
en el conjunto de relaciones de poder que enmarcan cualquier proceso social y
condicionan el logro de un objetivo concreto. El empoderamiento de los actores
sociales no puede separarse de su empoderamiento contra otros actores sociales.
El poder para hacer algo es siempre el poder de hacer algo contra alguien, o
contra los valores e intereses de ese alguien.
El
poder no se localiza en una esfera o institución social concreta, sino que está
repartido en todo el ámbito de la acción humana. Sin embargo, hay
manifestaciones concentradas de relaciones de poder en ciertas formas sociales
que condicionan y enmarcan la práctica del poder en la sociedad en general
imponiendo la dominación. El poder es relacional, la dominación es
institucional.
Si
bien las fuentes de poder social no han cambiado fundamentalmente, el terreno
en el que operan las relaciones de poder se ha transformado de dos formas
principales: 1) Se ha construido primordialmente alrededor de la articulación
entre lo global y lo local y 2) Se encuentra organizado primordialmente en
redes, no en unidades individuales.
El
espacio en la sociedad red se configura en torno a la oposición entre el
espacio de flujos (global) y el espacio de lugares (local). Hay ciudadanos del
mundo que viven en el espacio de los flujos frente a los locales, que viven en
el espacio de los lugares. Las redes
son múltiples y las relaciones de poder son específicas de cada red. La exclusión
de la red es la forma de ejercer el poder común a todas las redes. Por ello en
el mundo de las redes estratégicas clave incluyen todo lo valioso al nivel
global mientras que se excluye lo local devaluado.
Bajo
las condiciones de la globalización multinivel, el Estado se convierte en un
nodo más (si bien importante) de una red determinada, la red política,
institucional y militar que se solapa con otras redes significativas en la
construcción de la práctica social. La sociedad red está formada por configuraciones
concretas de redes globales, nacionales y locales en un espacio
multidimensional de interacción social.
Redes
Una
red es un conjunto de nodos interconectados. Los nodos pueden tener mayor o
menor relevancia para el conjunto de una red, de forma que los especialmente
importantes se denominan “centros”. Sin embargo, cualquier componente de una
red, incluyendo los centros, es un nodo, y su función y su significado dependen
de los programas de la red y su interacción con otros nodos de esta. Los nodos
aumentan en importancia para la red cuando absorben más información importante
y la procesan más eficientemente. La importancia relativa de un nodo
precisamente viene de su capacidad para contribuir a la eficacia de la red para
lograr sus objetivos, definidos por los valores e intereses programados en las
redes. Cuando los nodos dejan de ser necesarios, las redes se reconfiguran,
eliminando algunos e incorporando otros.
En
la vida social las redes son estructuras comunicativas. Las redes procesan
flujos, que son corrientes de información entre nodos que circulan por los
canales que conectan los nodos. Una res está definida por el programa que
asigna los objetivos y las reglas de funcionamiento de la propia red. En las
redes sociales y organizativas los actores sociales, promoviendo sus valores e
intereses e interactuando con otros actores sociales, están el origen de la
creación y programación de las redes.
Las
redes (y el conjunto de intereses y valores que representan) compiten o
cooperan entre sí. La cooperación se basa en su capacidad para comunicarse.
Esta capacidad depende de los protocolos de comunicación (códigos de traducción
e interoperatividad comunes) y del acceso a los puntos de conexión. La
competencia depende de la habilidad para superar a otras redes gracias a una
mayor eficiencia en el funcionamiento o en la capacidad de cooperación. La
competencia también puede alterar las redes competidoras y/o interferir en sus
protocolos de comunicación.
La
superioridad histórica de las organizaciones verticales jerárquicas sobre las
redes horizontales se debe a que las organizaciones sociales en red tenían
límites materiales que vencer, fundamentalmente en relación con la tecnología
disponible. La fuerza de las redes radica en su flexibilidad, adaptabilidad y
capacidad de autorreconfiguración. Sin embargo cuando superan cierto umbral de
tamaño, complejidad y volumen de flujos, resultan menos eficientes que las
estructuras verticales de mando y control, en las condiciones existentes con la
tecnología preelectrónica de comunicación.
Las
redes se convirtieron en la forma organizativa más eficiente como resultado de
tres rasgos fundamentales que se beneficiaron del nuevo entorno tecnológico:
flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de supervivencia. Flexibilidad: Las
redes pueden reconfigurarse en función de los cambios en el entorno,
manteniendo su objetivo aunque cambien sus componentes. Adaptabilidad: Pueden
expandirse o reducir su tamaño con pocas alteraciones. Capacidad de
supervivencia: Al no poseer un centro y ser capaces de actuar dentro de una
amplia gama de configuraciones, las redes pueden resistir ataques a sus nodos y
a sus códigos.
La nueva división social del trabajo
La
división fundamental en la sociedad red, aunque no es la única, es entre
trabajadores autoprogramables y trabajadores genéricos. Los autoprogramables
tienen capacidad autónoma para centrarse en la meta que se les ha asignado en
el proceso de producción, encontrar la información relevante, recombinarla en
forma de conocimiento utilizando el conocimiento acumulado y aplicarla en las
tareas necesarias para lograr el objetivo del proceso. Por el contrario, las
tareas que apenas se valoran pero que siguen siendo necesarias se asignan a los trabajadores genéricos, que van siendo
reemplazados por máquinas o trasladados a centros de producción de bajo coste.
En términos de creación de valor lo que cuenta para cualquier organización que
controle los recursos es el trabajador autoprogramable.
La
razón fundamental de la necesidad estructural de flexibilidad y autonomía es la
transformación de la organización del proceso de producción. Esta
transformación está representada por la aparición de la empresa red,
equivalente histórico bajo el informacionalismo del fordismo. La empresa red
es una red formada por compañías, o segmentos de compañías, y/o
fragmentación interna de estas. De este modo las grandes corporaciones están
descentralizadas internamente como redes. El principal activo es la flexibilidad
en donde pequeñas y medianas empresas se conectan en redes asegurando así la
masa crítica de su contribución como subcontratistas. Estas alianzas basadas en
proyectos comparten capital y mano de obra, pero más fundamentalmente
información y conocimiento para ganar cuotas de mercado. El factor clave para
el crecimiento de la productividad es la innovación. Innovación es la
capacidad para recombinar factores de producción de una forma más eficiente y/o
obtener un valor añadido mayor en el proceso o el producto.
La cultura
La
cultura común de la sociedad red global
es una cultura de protocolos que permite la comunicación entre diferentes
culturas sobre la base no necesariamente de valores compartidos, sino de
compartir el valor de la comunicación. La nueva cultura no está basada en el
contenido sino en el proceso. Más que la aparición de una cultura homogénea
global, lo que puede observarse como tendencia principal es la diversidad
histórica y cultural: fragmentación más que convergencia
El Estado
Los
Estados-nación, a pesar de sus crisis multidimensional, no desaparecen; se
transforman para adaptarse al nuevo contexto. Se asocian y forman redes de
Estados, construyen una red cada vez más densa de instituciones internacionales
y organizaciones supranacionales para tratar los problemas globales. En muchos
países devuelven poder a los gobiernos regionales y locales, abriendo
diferentes canales de participación.
El
nuevo Estado red se caracteriza por compartir la soberanía y la responsabilidad
entre distintos estados y niveles de gobierno; la flexibilidad en los
procedimientos de gobierno y una mayor diversidad de tiempos y espacios en la
relación de gobiernos y ciudadanos en comparación con el anterior
Estado-nación. El unilateralismo geopolítico se somete en última instancia a
las realidades de nuestro mundo globalmente interdependient. Los Estados,
incluso los más poderosos, tienen algo de poder, pero no El Poder.
Fuentes de poder en la sociedad red
La
conexión y la programación de las redes globales son las formas de ejercitar el
poder en la sociedad red global. La conexión la realizan los enlaces y la
programación los programadores. Quien es quien depende de cada red. Los medios
concretos de conexión y programación determinan en gran medida las formas de
poder y contrapoder en la sociedad red. La conexión de diferentes redes
requiere la capacidad para construir un interfaz cultural y organizativo, un
idioma común, un medio común, el apoyo de un valor universalmente aceptado como
el valor de cambio.
Hay
una segunda gran fuente de poder: la capacidad de programación de las redes.
Esta depende de la posibilidad de generar, difundir y poner en práctica los
discursos que enmarcan la acción humana. Sin esta capacidad discursiva, la
capacidad de las redes concretas es frágil y depende únicamente del poder de
los actores atrincherados en las instituciones. La mente pública (el conjunto
de valores y marcos que tienen una gran visibilidad en la sociedad) es en
último término lo que influye en el comportamiento individual y colectivo, la
programación de las redes de comunicación es la fuente decisiva de los
materiales culturales que alimentan los
objetivos programados de cualquier otra red. Los proyectos alternativos y los
valores que plantean los actores sociales para reprogramar la sociedad también
deben pasar por las redes de comunicación a fin de transformar la conciencia y
las opiniones de la gente para desafiar a los poderes existentes. Para desafiar
las relaciones de poder existentes se necesitan discursos alternativos que
puedan vencer la capacidad discursiva disciplinaria del Estado como paso
necesario para neutralizar su uso de la violencia.
El
poder de programación condiciona el poder de conexión porque los programas de
las redes determinan el rango de posibles interfaces en el proceso de conexión.
Los discursos enmarcan las opciones de lo que las redes pueden o no hacer. En
la sociedad red, los discursos se generan, difunden, debaten, internalizan y
finalmente incorporan en la acción humana, en el ámbito de la comunicación
socializada construido en torno a las redes locales-globales de la comunicación
digital multimodal. El poder en la sociedad red es el poder de la comunicación.
Contrapoder en la sociedad red
La
resistencia al poder se efectúa mediante los dos mecanismos que constituyen el
poder en la sociedad red: los programas de redes y las conexiones entre ellas.
El
primer mecanismo de resistencia es la introducción de nuevas instrucciones y
códigos en los programas de las redes, como por ejemplo la acción colectiva de
los movimientos sociales. Un segundo mecanismo consiste en bloquear los puntos
de conexión entre redes que permiten el control de estas por los metaprogramas
de valores compartidos que expresan la dominación estructural.
Una
característica central de la sociedad red es que tanto las dinámicas de
dominación como las de resistencia están basadas en la formación de redes y en
la estrategia de ataque y defensa mediante redes.
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